jueves, 28 de abril de 2011

TUTTO NEL MONDO È BURLA



Leíamos hace unos días una estupenda entrada a propósito de Falstaff en el blog amigo de Carlota Bloom (En ocasiones leo libros). Me lanzó entonces un guante que, por supuesto, recogí encantada; he aquí que me dispongo a cumplir mi palabra.

Nos recordaba Carlota que el cineasta Orson Welles le dedicó al shakesperiano personaje una gran película, Campanadas a media noche (Chimes at midnigth, 1965); nadie como él - que además lo encarnó - para presentárnoslo (pongamos a prueba nuestro inglés). Vedlo aquí.

También nos recordaba que el gran compositor italiano Giuseppe Verdi (1813 - 1901) le dedicó una ópera.


Retrato de Giuseppe Verdi por Giovanni Boldini (1886)


No era la primera vez que Verdi se inspiraba en el dramaturgo inglés: ya lo había hecho en Otelo y Macbeth, pero Falstaff, su última ópera , había de ser cómica - no es posible mejor manera de despedirse del público -; a punto estaba de cumplir los ochenta años cuando el libretista Arrigo Boito le mostró el texto que, de inmediato, cautivó al compositor. Se estrenó en la Scala de Milán en Febrero de 1893 y su éxito fue enorme.

Escribe el musicólogo italiano Massimo Mila en su Breve Historia de la Música:

...la última y más perfeccionada ópera de esta etapa, es el milagro de la imaginación de un anciano casi octogenario que, tanto por su disposición psicológica como por la originalidad estilística, anuncia realmente la figura italiana del porvenir.

Efectivamente, en esta obra se aprecia la evolución estilística del autor, evolución que se concreta en dos aspectos:

- Un tratamiento de la orquestación más intenso y avanzado con una orquesta más amplia y poderosa en la que los instrumentos adquieren casi la misma importancia que los personajes.

- El abandono de la estructura tradicional de arias y recitativos - como hiciera ya en Otelo - en favor de una continuidad melódica y por lo tanto de una mayor unidad estructural.

Escuchemos a Nannetta disfrazada de Titania (la reina de las Hadas) en un plan urdido contra Falstaff.




En cuanto al argumento , que tiene lugar en Windsor durante el reinado de Enrique IV de Inglaterra (s.XV) y cuya sinopsis podéis leer en el enlace, os diré que se trata de un enredo en el que nuestro Falstaff - juerguista y burlón, como ya sabéis - pretenderá engañar.... y acabará engañado (catando así un poquito de su propia medicina) en un gran final festivo. Precisamente es ese final el que da título a la entrada y el que vamos a escuchar a continuación.

Tutto nel mondo è burla...

Todo en el mundo es burla.
El hombre ha nacido burlón…
en su cerebro vacila
siempre su razón.
¡Todos embaucados!
Todo hombre se ríe
de los demás mortales,
mas ríe mejor quien ríe el último.

Final fugado (en estilo imitativo). Observad cómo van entrando las distintas voces con el mismo tema melódico una tras otra y cómo se entretejen en un desarrollo complejo hasta llegar al final .



Escuchad aquí la impresionante versión de concierto en el homenaje a Plácido Domingo con un extraordinario plantel de operísticas estrellas: las mejores voces del momento.



En La ópera.net podéis seguir la obra completa pinchando aquí

Lo que algunos no saben es que Verdi no fue el único en componer una ópera sobre Falstaff; ya lo hizo antes un viejo conocido de todos cuya música, sin embargo, no lo es tanto; me refiero al famoso Antonio Salieri (sí, el de Amadeus). He encontrado un trailer que os enlazo (SALIERI Falstaff) y el vídeo de una escena que dejo también para que podáis escuchar y comparar dos estilos diferentes, clasicismo y romanticismo, aplicados a un mismo tema. Veamos la citada escena en los dos estilos separadas por un siglo: en primer lugar el clasicismo de Salieri y para terminar.... Verdi.

(En ella, Alice - una de las "alegres comadres" protagonistas - finge aceptar el cortejo de Falstaff, aunque manteniéndolo a distancia. Todo forma parte del plan trazado para darle una lección).

(Desde 1:34:42)



Aquí, desde el minuto 6.




Pues eso; seamos optimistas a pesar de todo y aprovechemos y celebremos el lado festivo de la vida.

domingo, 24 de abril de 2011

CONCERTO PER FLAUTINO O EL ENCANTO DE LO PEQUEÑO

Lo pequeño es hermoso (Small is beautiful, 1973). Así tituló el economista Ernst Friedrich Schumacher su más famoso libro (de plena actualidad como podéis comprobar si leéis esta brevísima reseña ).

A mí me parece hermoso ese breve pero gran título. Que lo pequeño es hermoso lo comprobamos en música constantemente con las numerosísimas y deliciosas pequeñas piezas que los compositores nos han regalado a lo largo de la historia, pero además, también podemos constatarlo en lo referente al mundo de los instrumentos; es por ello que vamos a hablar hoy de uno pequeño y precioso: el flautín, el instrumento de viento de menor tamaño y el más agudo de la orquesta (suena una octava por encima de la flauta travesera y mide unos 30 cm.). (En los vídeos se puede ver su imagen)

Para él escribió Vivaldi su maravilloso Concerto per flautino que os propongo escuchar y cuyo segundo movimiento - Largo - fue utilizado por el director francés Francoise Truffaut en su película El pequeño salvaje (L'enfant sauvage, 1969). Ésta trata sobre el poder de la educación y está inspirada en la historia de Víctor Aveyron, un niño encontrado en estado casi salvaje en un bosque francés a finales del siglo XVIII, de cuya educación se encargaría el doctor Jean Itard. En ella se nos remite directa o indirectamente a J. J. Rousseau, a su Emilio y la educación, al mito del buen salvaje y a los conceptos de aprendizaje, de experiencia y del hombre como ser social.

Ved y escuchad el final de este trailer:


Qué casualidad; sobre el sentido de la educación también nos habla Schumacher en su libro, como podéis ver aquí.

Decíamos que Truffaut recurrió a Vivaldi en su L'enfant sauvage, concretamente a dos de sus conciertos; uno de ellos, conocido ya por todos, el de mandolina (véase entrada Al son de mi mandolina) y el otro, el Concerto per flautino en Do mayor.

El concerto barroco es un ejemplo de forma mayor (grande) que sin embargo está lleno de "pequeños motivos decorativos" - muy del gusto del estilo - como son los trinos, los semitrinos y otras notas de adorno de las que hablaremos próximamente- y muy adecuados, por otra parte, para nuestro instrumento protagonista. Escuchemos sus tres movimientos, Allegro, Largo y Allegro molto y contagiémonos de su vitalidad y su energía.









Otra casualidad; precisamente Flautín se llamaba el pajarito del enfermizo Ladis, el niño protagonista de aquel cuento de mi infancia - que todavía conservo - titulado Un gran pequeño y que se veía reducido al diminuto tamaño de un insecto para vivir una experiencia extraordinaria. Su autor - José María Sánchez Silva - nació curiosamente en 1911, el mismo año en el que también lo hiciera el economista Schumacher al que nos hemos referido.


Y para terminar de hacer redonda esta entrada - ya demasiado grande - incluyo este otro vídeo del concierto para flautín interpretado por el conjunto historicista Il Giardino armónico con instrumentos de la época y a la supuesta manera de aquel entonces. Espectacular.





Aunque no tenga mucho que ver me hacía ilusión traer la foto de Ladis; las ilustraciones, de José Luis Macías, me encantaban.



martes, 19 de abril de 2011

LAS ÚLTIMAS PALABRAS Y EL TERREMOTO

Retrato de F. Joseph Haydn (1791)
por John Hoppner


"En la opinión del siglo XVIII, la música sacra y el arte religioso en general, debían proporcionar un marco, un fondo bello para la ceremonia divina."

(Reinhard G. Pauly. La música en el período clásico)


Precisamente eso debió pensar el padre José Sáenz de Santamaría, director de la Hermandad de la Santa Cueva en Cádiz, cuando en 1785 encargó a Joseph Haydn la obra musical que escucharemos hoy. El compositor - de enorme fama y reconocimiento en aquellos momentos - aceptó el encargo. El Viernes Santo de 1786 se estrenó en el Oratorio de la Santa Cueva la citada obra religiosa que alcanzaría mucha fama y que se conoce como Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz.

Se trató, en primera instancia, de una obra orquestal destinada a acompañar o "ilustrar" musicalmente la predicación de las siete palabras de Cristo que cada Viernes Santo se realizaba, y digo en primera instancia porque el propio compositor nos dejaría dos versiones más, una para cuarteto de cuerda escrita un año después y otra para coro y orquesta - o de oratorio - escrita en 1796.

La primera de todas - orquestal - consta de una introducción, siete sonatas - una por cada frase pronunciada - y el terremoto final.

Os propongo escuchar la última de las frases, "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas 23,46) y el terremoto, "La tierra tembló y se rajaron las rocas, se abrieron los monumentos y ...." (Mateo 27,52), en dos versiones: para cuarteto y para orquesta y coro. 
En primer lugar el Navarra String Quartet interpretando la Sonata VII (incompleta)



... y "el terremoto", por el Arioso String Quartet (Presto e con tutta la forza)



Por último, el terremoto, con orquesta y coro.



Y para los melómanos, la obra completa en versión instrumental bajo la dirección de Jordi Savall:


Os recomiendo también  la versión de oratorio completa, en el programa "Los imprescindibles" de Radio Clásica (13/02/10) en el que José Luis Nieto nos cuenta con detalle todo lo concerniente a la obra, a su encargo, a cómo se celebraba la ceremonia de las siete palabras en Cádiz allá por el siglo XVIII y a las impresiones e inquietudes de Haydn al respecto.


Cuando escribo esto veo que nuestro querido amigo José Manuel Brea ha decidido tocar el mismo tema, os enlazo su entrada Música para la Semana Santa.

Artículos interesantes:

La música de Haydn en las catedrales españolas. José López-Calo. MAR (Música de Andalucía en la red). Universidad de Granada

Franz Joseph Haydn y Cádiz. El encargo de las Siete palabras. Marcelino Díez Martínez.
MAR (Música de Andalucía en la red). Universidad de Granada

Las siete palabras de Haydn y su raíz española. Daniel López Fidalgo


Otros sitios de interés: Oratorio de la Santa Cueva Y Oratorio de la Santa Cueva

Entradas relacionadas:

LAS PASIONES DE J.S. BACH

miércoles, 6 de abril de 2011

SE ESTÁ ACERCANDO UN DÍA FELIZ


Aunque a la vista del título pueda parecerlo, no pretendemos ser el oráculo, ni tan siquiera nos gusta la "futurología"; la realidad es que éste se debe a otra razón como habréis podido adivinar...

Hablábamos hace unos días de cuánto nos gustan los trovadores, los músicos poetas - o poetas músicos - que han ido llenando la historia de belleza, de flores, de pequeñas joyas inmateriales, atemporales y eternas; que han sabido - y que saben - adornar la vida de los demás con su lírica sentida y sincera. Los trovadores no pasan de moda, sus canciones pertenecen a todas las épocas y nos pertenecen a todos.



Silvio Rodríguez es uno de ellos. Integrante de lo que se dió en llamar La nueva trova cubana, compuso en 1980 la canción titulada "El día feliz que está llegando" que incluyó en el disco Rabo de nube, del mismo año.

En un dia de abril como el de hoy, o como el que se acerca, quiero compartir su canción con los que ya la conocen y con los que nunca la han escuchado. La dejo en su versión original y en otras dos que he encontrado y que me han llamado mucho la atención.

Como curiosidad, la introducción con el clave y la preciosa guitarra. Y como siempre, la letra.


Se está arrimando un día feliz
como hace un barco tras sus meses.
Se está acercando un día de abril,
un día de abril se va a arrimar
a los finales de noviembre.

Y yo me apego más al mar,
me hermano doble de los peces.
Yo enciendo leña en el hogar
que vio brillar la tempestad
que guía el curso de estos meses.

Se está arrimando un día de sol,
un día de duendes en añejo.
Se acerca un pájaro feroz
zumbando al goce de tu olor:
se acerca un tiempo de conejos.

Y a mí me escarba la ansiedad,
me escarba hondo, acá, en lo blando;
me escarba simple, de escarbar,
como para que se hunda más
el día feliz que está llegando.





Aquí la versión de la banda de rock chilena "Los bunkers"



Y aquí la de los suecos Björn Afzelius y Mikael Wiehe; sorprendente.



EL DÍA FELIZ QUE ESTÁ LLEGANDO: no perdamos la esperanza.